A pesar de que mi cara
observaba otro lado, no podía evitar sentir su mirada firme y fija sobre mí. Es
raro que haga ese tipo de cosas en la calle, generalmente todo sucede dentro de
casa, pero esta vez su preocupación y –quizás- enfado eran mayores.
Me pedía que lo observara,
pero no quería; esa mirada que pone cuando algo anda mal hace que un escalofrió
recorra mi cuerpo, mis piernas comiencen a temblar levemente y mi corazón se
acelere. Además seguro mis mejillas se ponen rojas y la vergüenza invade mis
ojos.
Nuevamente me exigió que lo
mirara, pero me negué; tomo entonces mi barbilla y giro mi rostro hacia el
suyo.
“sabes que las cosas no se hacen así, cierto?”
No se si me intimido o
fue el nervio que me invadía pero no pude responder nada
“te pregunte algo,
responde”
Al momento sentí una nalgada,
eso hizo que respondiera de inmediato
“cierto”
gire mi cabeza hacia los lados
para ver si alguien había visto esa escena
“vamos por el coche “
Me tomo de la mano y caminaba
tan rápidamente que casi parecía que tenía mucha prisa en llegar a casa. Llegamos al estacionamiento,
pero no se detuvo en donde estaba nuestro auto. Siguió caminando.
“tu solo
entiendes cuando se te castiga al momento, no dejare pasar más tiempo"
Quise
soltarme pero no pude.Por fin se paro frente a una
camioneta y me ordeno colocar las manos sobre el cofre, me negué y entonces él
lo hizo.
“por favor aquí no”
“las cosas ya no se harán a tu modo”
Y comenzó a nalguearme, el
estacionamiento hacia un eco increíble; no puedo negar que me gustaba pero a la
vez estaba preocupada y avergonzada de que alguien pudiera observar o escucharnos.
Cuando pensé que había terminado,
se acerco y me levanto la falda que llevaba, quise evitarlo pero me dio un par
golpes en las manos, intente convencerlo con ojos suplicantes pero no funciono.
Nuevamente en posición continuo
con el castigo, apretaba los puños para no gritar y evitar –según yo- que
alguien se diera cuenta de lo que sucedía, después de un rato bajo la pequeña
pantaleta que llevaba, intente que no lo hiciera pero un par de azotes en los
muslos hicieron que la soltara.
De repente comencé a escuchar
como deslizaba el cinturón por el pantalón para quitárselo, no podía creer que
lo estuviera haciendo en un lugar público....pensé en pedir que no lo hiciera
“por favor…”
“por favor que? … ni se te
ocurra pedir que me detenga o te va peor”
Suspiro….
“por favor que señorita”
“nada…”
Me dio un par de azotes con
el cinto
“no vuelvo a repetir… por favor que?”
“no vuelvo a repetir… por favor que?”
“…… por…. favor…. Castígame, necesito
que lo hagas por mi mal comportamiento”
“muy bien, así será….”
No sé cuantos fueron, solo sé
que tardamos un buen rato. Cuando termino, toque mis nalgas y estaban algo
calientes, él las acaricio y me dijo al oído
“tienen un rico y excitante
color, lástima que sea castigo”
Acomodo mi ropa, beso mi
frente y me dio un gran abrazo
“Gracias”
“Te lo tenias bien ganado”
“lo se”
Bajo su mano a mi entrepierna
y noto que estaba húmeda
“cierta parte de tu cuerpo me
dice que no todo fue sufrimiento”
…
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