lunes, 23 de diciembre de 2013

Estacionamiento

A pesar de que mi cara observaba otro lado, no podía evitar sentir su mirada firme y fija sobre mí. Es raro que haga ese tipo de cosas en la calle, generalmente todo sucede dentro de casa, pero esta vez su preocupación y –quizás- enfado eran mayores.

Me pedía que lo observara, pero no quería; esa mirada que pone cuando algo anda mal hace que un escalofrió recorra mi cuerpo, mis piernas comiencen a temblar levemente y mi corazón se acelere. Además seguro mis mejillas se ponen rojas y la vergüenza invade mis ojos.

Nuevamente me exigió que lo mirara, pero me negué; tomo entonces mi barbilla y giro mi rostro hacia el suyo. 

“sabes que las cosas no se hacen así, cierto?” 

No se si me intimido o fue el nervio que me invadía pero no pude responder nada

“te pregunte algo, responde”  

Al momento sentí una nalgada, eso hizo que respondiera de inmediato 

“cierto” 

gire mi cabeza hacia los lados para ver si alguien había visto esa escena

“vamos por el coche “

Me tomo de la mano y caminaba tan rápidamente que casi parecía que tenía mucha prisa en llegar a casa. Llegamos al estacionamiento, pero no se detuvo en donde estaba nuestro auto. Siguió caminando.

“tu solo entiendes cuando se te castiga al momento, no dejare pasar más tiempo"

Quise soltarme pero no pude.Por fin se paro frente a una camioneta y me ordeno colocar las manos sobre el cofre, me negué y entonces él lo hizo. 

“por favor aquí no”

“las cosas ya no se harán a tu modo”

Y comenzó a nalguearme, el estacionamiento hacia un eco increíble; no puedo negar que me gustaba pero a la vez estaba preocupada y avergonzada de que alguien pudiera observar o escucharnos.

Cuando pensé que había terminado, se acerco y me levanto la falda que llevaba, quise evitarlo pero me dio un par golpes en las manos, intente convencerlo con ojos suplicantes pero no funciono.

Nuevamente en posición continuo con el castigo, apretaba los puños para no gritar y evitar –según yo- que alguien se diera cuenta de lo que sucedía, después de un rato bajo la pequeña pantaleta que llevaba, intente que no lo hiciera pero un par de azotes en los muslos hicieron que la soltara.

De repente comencé a escuchar como deslizaba el cinturón por el pantalón para quitárselo, no podía creer que lo estuviera haciendo en un lugar público....pensé en pedir que no lo hiciera

“por favor…”

“por favor que? … ni se te ocurra pedir que me detenga o te va peor”

Suspiro….

“por favor que señorita”

“nada…”

Me dio un par de azotes con el cinto

“no vuelvo a repetir… por favor que?”

“…… por…. favor…. Castígame, necesito que lo hagas por mi mal comportamiento”

“muy bien, así será….”

No sé cuantos fueron, solo sé que tardamos un buen rato. Cuando termino, toque mis nalgas y estaban algo calientes, él las acaricio y me dijo al oído 

“tienen un rico y excitante color, lástima que sea castigo”

Acomodo mi ropa, beso mi frente y me dio un gran abrazo

“Gracias” 

“Te lo tenias bien ganado”

“lo se”

Bajo su mano a mi entrepierna y noto que estaba húmeda

“cierta parte de tu cuerpo me dice que no todo fue sufrimiento”


… 

No hay comentarios: