viernes, 8 de agosto de 2014

feliz 8/8 . Mi profe


El profesor era recién egresado de la carrera, era joven y atractivo, pero también era el más aburrido. Nos realzaría un examen la clase siguiente y  según mi objetivo era desvelarme estudiando, objetivo que no se logro.

Me levante muy temprano e hice un pequeño acordeón en mi pierna, decidí sentarme atrás de un par de compañeros para poder usarlo en caso necesario.  No sería la primera vez, así que confiaba en la experiencia que tenía.

Comenzamos el examen, primero respondí aquello que sabia y deje al final lo más complicado. El profesor se paseaba entre mis compañeros para checar que nadie hiciera trampa, cuando observaba que estaba lejos revisaba rápidamente el acordeón  y lograba responder algunas cosas.

De repente escuche “tiene muy bonitas piernas señorita”.
Sentí un escalofrió  que recorrió mi cuerpo y me percate que el profesor estaba justo detrás de mí, lo observe y estoy segura que mis ojos reflejaban miedo; ese miedo que sientes al ser descubierta en algo indebido.
+  “Deme el examen, esta reprobada”

No dije nada, simplemente se lo di y espere a que terminara la clase.

Cuando por fin termino, el profesor recogió todos los exámenes y permitió la salida al grupo.

+ “Usted no señorita”

Supuse que hablaría conmigo con el típico discurso que siempre dan, incluso hasta me reprobaría o iríamos a la dirección para suspenderme, en fin, la verdad no me importaba, no suelo ser de las personas que ruegan o imploran.

Él se sentó en el escritorio y comenzó con su discurso; estaba harta y desesperada, quería salir de ahí y volver a casa, no quería escuchar tontas conversaciones que siempre van a lo mismo. Supongo que vio mi cara de desesperación porque dio un fuerte golpe con la palma de la mano en su escritorio.

+ Veo que usted es de las que aprende de otro modo!
- No le veo sentido a lo que me dice, si me va a reprobar hágalo y ya! Ambos nos ahorramos tiempo y corajes

+ Como usted quiera.


- Entonces me voy

Comencé a caminar hacia la puerta para retirarme.

+  No hemos terminado!

-  que más quiere?
+ venga hacia el escritorio que no voy a estar gritando

-  Ash ¡ no ve que tengo prisa… bye


Comencé a caminar de nuevo pero él me alcanzo y me tomo de la oreja, llevándome hacia el escritorio, fue tan rápido que no pude reaccionar.

Se encontraba parado al lado mío y comenzó a hablar de nuevo, pero esta vez, su regaño
fue totalmente diferente, hacia que mi estomago se estremeciera y comenzara a sentir nervios;  me explicaba cómo es que a las niñas que hacen el tipo de cosas y tienen las actitudes que yo tengo se les castiga… a nalgadas!!!

Nalgadas… sonó como eco en mi cabeza, él seguía hablando pero “nalgadas” no podía sacar esa palabra de mi mente

Entonces, me tomo del brazo y me jalo hacia él. Se sentó en su silla y a mí me acostó boca abajo. Intente pararme pero su brazo en mi espalda lo impedía

+ Ahora aprenderá a comportarse


-  Que le pasa! Déjeme salir!

+ Esta es la forma en que las niñas mimadas y caprichosas como usted aprende

Y comenzó a azotarme con su mano. El primer azote me estremeció e hizo que gritara, con el segundo intente moverme pero fue imposible y al tercero hice ambas cosas

+ te callas o nunca vamos a terminar. Ni creas que voy a parar, tampoco seré más amable porque de esa forma no entiendes. Así q solo tienes dos opciones: te callas o aumentan las nalgadas

-  no! Espere, no quiero esto

+ eso no te pregunte… elige ya ¡
No entendía que sucedía, pero algo hizo que respondiera

- me callo

Y continuo dándome de nalgadas, eran tan fuertes que tenía que apretar la boca para no gritar, apretaba los puños para poder contenerme.  Pensé que había terminado porque paro por un momento y comenzó a acariciarme. Esa parte extrañamente me agarrado, sentir como su mano acariciaba la parte que había castigado, pero era solo una pausa. 

Levanto mi falda…

- No… espere noo!! Que hace?
+ Lo anterior solo fue el inicio, el verdadero castigo viene ahora!
- Pero…. (zaz! Azote )
+Pero que?
-  Nada…

Comenzó a nalguearme, con mi falda arriba. Sentía una vergüenza inmensa, ahora si sentía el castigo real, quizás un castigo que venía buscando desde hace tiempo.

De repente intento bajar mis pantaletas y mis manos en automático intentaron detenerlo, pero un buen manaso en ellas hizo que las quitara. Mi profesor continúo con el castigo, extrañamente tenia sentimientos encontrados: la vergüenza de ser castigada como niña y el gusto por recibir esa clase de castigo.

Por fin termino y de nuevo comenzó a acariciarme, sentía las nalgas ardiendo. Nos pusimos de pie, quise acomodar mi ropa pero él no me dio permiso, en lugar de eso, me llevo a un rincón del salón. Ahí me dejo parada viendo el muro y manos en la  nuca, mi falda estaba atorada de una manera que pudieran quedar expuestas mis nalgas y mi pataleta a la altura de los tobillos

Cuando se retiraba, voltee a verlo, mi mirada preguntaba ¿que sigue ahora?

+ Te quedas ahí, hasta que termine de calificar los exámenes. Pobre de ti si te mueves!


-es enserio?!

+Quieres que te demuestre que hablo enserio?
- no…

Se tardo cerca de 30 min en terminar, cuando por fin lo hizo, se acerco a mí, subió mis pantaletas y acomodo mi falda, bajo mis manos de la nuca y me dio un abrazo

+ Te comportaras mejor?

-si

+ Mejoraras tus notas?

 -si

+ Volverás a hacer trampa

- no

+ que bueno, porque si me entero que vuelves a hacerlo conmigo u otro maestro, te ir a peor. A partir de ahora esta será la forma en que te eduque, a partir de ahora tu serás castigada cada vez que lo necesites, entiendes?

Me limite a mirarlo a los ojos, estaba tan confundida y no sabía que responder. La idea me agradaba, me hacía sentir atracción pero a la vez estaba tan adolorida que no quería volver a experimentarlo.

+ Repito la pregunta?

- … si, quiero… quiero que así me eduque cada vez que lo necesite

+ Así será. Ahora puedes retirarte….. espera

-si?

+ no solo tienes bonitas piernas, también bonitas nalgas. Son aun mas bonitas cuando están del color correcto.


-Rojas?

+ claro !

Y desde aquel día, mi profesor es más que eso, por lo menos una vez a la semana su aula tiene una historia que contar. Yo doy motivos para provocar castigos, mis amigas dicen que el profe tiene algo en contra de mi, yo finjo odiarlo; pero no es así…  tener ese secreto mutuo me encanta.

miércoles, 30 de julio de 2014

Sin sueño

Ya pasaban de las 12 y aún tenía la pila llena, no tenía sueño y estaba algo inquieta, lo que menos quería era dormir.

Comenzamos a arreglar las cosas para dormir y nos acostamos,  trate de no hacer ruido ni molestar porque mañana sería día de trabajo y habría que levantarse temprano. 

Pero la inquietud fue más grande y comencé a realizar preguntas sin sentido ... como estas?  que haces?  tienes sueño? y si me platicas algo?;  tu contestaste todas mis preguntas con tranquilidad y finalizaste con un "tienes que dormir o mañana no te vas a querer levantar" .... bueno lo intentare, me abrazaste y acariciabas mi cabello para que me quedara dormida, pero te quedaste dormido antes. 

Juro que trate de dormir pero no pude, decidí ir por un vaso de agua y me quede viendo la tele con el volumen tan bajito que apenas podía escucharlo. Pasaron un par de horas y nunca escuche cuando te levántate!. Sentí tu presencia atrás de mi y solo dije "hola" ! tu cara no estaba nada feliz y en tu mano traias tu cinturón, sabía lo que venía y trate de meter escusas pero en lo que las decía me tomaste de la oreja y me llevaste a la cama. 

Acomodaste un par de almohadas y comenzaste a azotarme, me dolían tanto que trataba de esquivarlos pero era imposible.  cuando terminaste me colocaste en otk y de nuevo me castigaste usando solo tu mano; intentaba no meter las mías y tampoco patalear pero era inevitable.

Me levantaste y me viste a la cara " no tienes sueño verdad? te quedaras en el rincón hasta que te de sueño y pobre de ti si pierdes la posición que conoces"

Me llevaste al rincon, con mi ropa abajo y las nalgas expuestas,  no dije nada por unos minutos, hasta que....

-  Oye. ..
+ que pasa
-  tengo sueño
+ pues te aguantas otro momento ahí
- es enserio?
+ si, lo es

.... 5 min después

- oye ...
+que pasa
- ya tengo más sueño
+ aún no es tiempo y quédate quieta o empezamos de nuevo

.... 3 min después. ..

-Oye. ..
+ necesitas algo?
- si!"
+ que necesitas
- abrázame
+ no... aun no

... 5 min después. ...

+ nena ya puedes dormir

Entonces camine hacia la cama y al pasar por el tocador tome la pomada que usamos después de los castigos

- me pones?

+claro

Mentras me colocadas un poco de pomada, me recordabas la razon del castigo 
nos acostamos nuevamente,  me acurruque en tus brazos y después de un tiempo dije

- oye. .
+ que paso nena?
- lo siento mucho
+ tranquila, ya haz recibido tu castigo.  Ahora a dormir

Nos dormimos y al amanecer

+ ya es hora de levantarme nena
- nooooo.... tengo sueño....

lunes, 28 de julio de 2014

Despedida


Sera la última vez que nos vemos, los motivos personales y laborales de ambos ya no han permitido hacerlo tan seguido como quisiéramos. Me senté en el sofá de siempre y te pusiste de taburete, mientras decía esto para ti.

Recuerdo la primera vez que sesionamos, después de tantas charlas en la madrugada; lo mejor de esa tarde fue tu reacción con la cera y el lindo quejido que emanabas, ver como cerrabas los puños y tensionabas tu cuerpo. La cera es algo que me encanta, es tan exquisito ver las reacciones involuntarias que tienes.

En otra ocasión, decidí que serian en su mayoría azotes en espalda y nalgas. ¿Tienes idea de lo genial que luce tu espalda con esas marcas? ¿ y qué decir de tus nalgas rojas y marcadas por los diferentes instrumentos?  Uuuffff ¡!!! Me acuerdo y me dan ganas de hacerlo de nuevo, pero no… aun no es el momento.

Cuando llevábamos un tiempo, comenzó a llamarte la atención el bodage. Me lo dijiste y aunque solo sabía atar mis agujetas, comencé a echarle una investigación minuciosa…. Vaya! Es más rico de lo que pensé!. Lo llevamos a cabo con mucha seguridad, sin olvidarnos de nada; fue una experiencia tan grata.

Y qué decir de tu cumpleaños, amarrado a la cama sin poder moverte ni hablar, mientras yo, jugaba con sensaciones de frio, calor, dolor, y ardor. Qué bonito arco intentabas hacer!!.

O cuando jugamos medical, te ate y puse en la forma adecuada para explorarte, te gusto tanto que tuviste una erección involuntaria y claro su respectivo castigo por ello.

Tantos recuerdos, pero es necesario cerrar círculos.
Entonces baje mis pies de tu espalda, de inmediato quitaste las zapatillas. Me observaste y afirme con la cabeza, los acariciaste y besaste delicadamente.  Te pusiste boca arriba y comencé a juguetear con tu rostro,  pisándolo y presionando, como a ti te gusta.

Con la fusta te indique hincarte, dándome la espalda para poder rasguñarla y dejar algunas marcas en ella, ver como arqueabas la espalda hacia que sonriera. Siempre me gusto que hicieras eso.

Te pedi ponerte en posición “expuesto” dándome la espalda y te quite el collar que te había dado hace años,  a partir de ese momento, dejamos atrás una maravillosa etapa de nuestras vidas.

 

jueves, 26 de junio de 2014

Sonidos...

Esa sensación extraña pero agradable que tengo en el estomago cuando te desabrochas el cinturón y escucho como lo deslizas; el escalofrío que recorre mi cuerpo al escuchar el sonido que emite el cané cuando esta apunto de caer en mis nalgas o la manera en que me estremece  el sonido que emite la fusta al azotar mi piel, son solo algunos de los sonidos que me excitan, deleitan, estimulan, incitan, seducen, apasionan...

Son sonidos que, en ocasiones, hacen que mi cuerpo evidencie cuanto disfruto escucharlos .


lunes, 5 de mayo de 2014

En el trabajo

Habíamos quedado en que pasarías por mí al trabajo, mis alumnos y otros maestros ya se habían retirado. Solo quedaba el señor que hace el aseo  y yo.
Cuando llegaste aun me faltaba terminar de calificar algunos trabajos de mis alumnos así que decidiste esperarme para no llevar el trabajo a casa. El señor del aseo decidió retirarse de la escuela pidiéndonos cerrar bien al hacerlo nosotros.

Termine pocos minutos después y te dije que podíamos irnos, tome mi bolso y camine hacia la puerta, pero tú no te movías, simplemente te quedaste sentado. Al voltear a verte pregunte qué pasaba, te pusiste de pie y comenzaste a remangarte las mangas de tu camisa. Esa acción me estremeció a la vez que me paralizo, es una clara señal de que un castigo se avecina pero estado en mi salón hizo que me asombrara aun más. No lo podía creer y por un momento pensé que solo bromeabas. No era así.
Tu voz firme y clara me ordeno dejar mi bolso y pararme frente a ti. Titubee por un momento y negué con la cabeza, así que caminaste hacia mí y me llevaste de la oreja hasta donde querías que me parara. Alzaste mi rostro y pediste ver tus ojos, mis puños estaban cerrados y no podía sostenerte la mirada. Mi pierna se movía por el gran nervio que tenia.
Comenzaste a cuestionarme si sabia cual era el motivo del castigo. ¿Cómo iba a saberlo si nunca había estado tan nerviosa? . Al no recibir respuesta jalaste de mi oreja y de nuevo preguntaste, negué con la cabeza. Entonces me pediste darte una regla… “por favor, aquí no”.  “ no te estoy preguntado, hazlo o te va peor”. Ni mis ojos de borreguito surtieron efecto esta vez y tuve que entregarte la regla que pediste.

Estando de nuevo frente a ti, colocaste mis manos en mi escritorio. Podía ver claramente todo lo que tengo en él: trabajos calificados, plumas, listas de asistencia y pequeños adornos que me han ido regalando. Mientras observaba todo eso comenzaste a levantar mi falda, bajar mis pantaletas y a pasar tu mano sobre mis nalgas. Ese acto me estremeció aun más y de nuevo cuestionaste sobre el motivo del castigo… “no lo sé”.  “ en verdad no recuerdas?, veamos si esto te ayuda a recordar”
Comenzaste a darme una serie de nalgadas que hacían que alzara los pies y formara un puño con mis manos. Pero no podía recordar el motivo del castigo, decidiste detenerte un momento y acariciarme, seguro mis nalgas estaban rojas y calientes, pero no lo mencionaste.  Te diste cuenta  que en verdad no recordaba lo que me puso en esta situación así que hicimos un trato… un trato que –por supuesto- a ti te convenía. Me dirías la causa del castigo, pero este finalizaría con 20 azotes con algún objeto de mi salón, sino continuarías azotándome hasta que recordara.  Acepte el “trato”.
El motivo fue por una serie de travesuras que había hecho la semana pasada, pero como no habías tenido tiempo de reprenderme lo habíamos dejado pasar, hasta el día de hoy. “Ya recordaste, cierto?",    “si”. Entonces jalaste mi silla  y la pusiste frente al pizarrón, me llamaste y me colocaste en otk. Comenzaste a nalguearme y a regañarme por semejante travesura que había realizado, aunque me dolía mucho no emitía ningún sonido, trataba de evitarlo lo más que pudiera; continuaste azotando con la regla – la cual parecía que en cualquier momento se rompería, pero no sucedió-  y proseguiste nuevamente a mano limpia.

“Así que no te esta doliendo? ,  párate!!! “. Me ayudaste a incorporarme y de nuevo colocaste mis manos en el escritorio. Pude escuchar como sacabas el cinturón de tu pantalón, te suplique que no me azotaras pero nuevamente todo fue en vano. Poco  a  poco fueron cayendo los azotes, cada vez se hacían más insoportables y por más que quise evitarlo comencé a quejarme. Terminaste con ese instrumento y sobaste mis nalgas un poco.
“Dame el objeto con el que te castigare”. Busque un poco y te entregue el puntero con el que les señalo cosas a mis alumnos en el pizarrón, al entregártelo en las manos suspire pues supe que no era la mejor opción ya que dolería más de lo que imaginaba, pero no encontré otra cosa que darte.
Colocaste mis manos en el pizarrón y comenzaste a jalar el puntero para hacerlo más largo, ese sonido que emitía seguro lo recordaría día a día, cuando tuvo el tamaño que deseabas comenzaste a azotarme.  Fueron solo 20, que comparados con castigos anteriores no eran muchos, pero ese puntero dolía y ardía de una manera tan especial que seguro se convertiría en uno de los instrumentos que mas odiaría.
Cuando terminaste guardaste el puntero en tu saco para futuras ocasiones, pegaste por completo mi cuerpo en el pizarrón y tu mano comenzó  a explorar para revisar si estaba mojada; sin darme cuenta así era. “no tenias permiso para mojarte pequeña, eso será otro castigo llegando a casa”.  Cerré los ojos y solo susurre “si, señor”.
Revistaste mi bolso y sacaste la crema que siempre cargo, nuevamente me colocaste en otk  y comenzaste a acariciar para calmar el dolor,  ardor y calor que el castigo me había dejado.  Me acomodaste la ropa y salimos de mi trabajo, fingiendo que nada ahí había sucedido.



lunes, 17 de febrero de 2014

Quedarse dormida


Cuando abrió los ojos el reloj marcaba 8:15 !!!!!. Ver esa hora la hizo levantarse de inmediato, arreglarse y salir corriendo al trabajo. Mientras lo hacia le llamo a su jefa y le pidió permiso para llegar tarde pues “había tenido un percance en el camino”. Su jefa acepto, sin indagar más; pero le preocupaba que estas incidencias se dieran tan continuamente.
El día trascurrió sin contratiempos, pero al retirarse del trabajo no se dio cuenta que había olvidado su celular en el escritorio. Fue a casa y preparo una rica comida; tuvo que salir un momento a la tienda y cuando regreso él ya la esperaba.
Terminando de comer fueron a comprar un par de cosas que necesitaban, al regresar vieron un rato la televisión y posteriormente cada quien continuo con su lectura habitual. Él decidió irse a dormir, pero ella abrió su lap y se quedo hasta la madrugada platicando y viendo cosas por internet.
A la mañana siguiente, ella  sintió que la despertaban pero no hizo caso tenía mucho sueño para percatarse de la hora, nuevamente intentaron despertarla pero solo se tapo con las cobijas, mientras pensaba que podía correr de nuevo para llegar a tiempo a su trabajo.
De repente sintió que le retiraban las cobijas y abrió los ojos
¿Porque aun no te levantas para ir al trabajo?
Ella estaba desconcertada, generalmente él se va una hora antes al trabajo por lo que nunca se percata de la hora en la que ella se va a trabajar
Ay!!! Ya se me hizo tarde… me apuro!!!
Fingió apurarse para llegar al trabajo, pero él la tomo del brazo y la coloco de nuevo en la cama
¿Cuántas veces van que se te hace tarde?
Ninguna! Es la primera y deja me apuro o se me va a hacer más tarde.
Él la detuvo y la acostó bocabajo, tomo de la cabecera el cinturón y comenzó a rozar sus nalgas mientras la reprendía por quedarse dormida.
Ella reprocho y trato de soltarse pero era imposible, le grito y reclamo porque era algo injusto al ser la primera vez.  Fue entonces cuando él le explico que su jefa le había hablado ayer mientras ella estaba en la tienda para recordarle llevar unos documentos pero al olvidar su celular opto por hablarle a su casa. Durante esa plática salió que ya eran varias las ocasiones en que ella había expuesto varios incidentes para justificar sus llegadas tarde.
Así que, para que la señorita aprenda a dormirse y levantarse temprano, tendremos que reprenderla como niña pequeña porque da la casualidad que es la única forma en que entiendes, cierto?
Al no escuchar respuesta, él le dio una fuerte nalgada y volvió a preguntar, esta vez con un tono más fuerte y serio pero el silencio continuaba así que en esta ocasión le dio tres nalgadas que hicieron eco por la habitación. Sin poder evitarlo ella sobo sus nalgas y emitió un leve “si”.
Habla, claro y fuerte que no quiero perder tiempo y que ambos lleguemos tarde!
Si! –dijo ella con un tono más fuerte.
Si qué?!!!
Si , …. Señor…!!!
Le ordeno ponerse en posición de castigo ella coloco un par de almohadas, una sobre otra, se recostó y comenzó el castigo. Los azotes eran fuertes y continuos lo que la hacían  patalear e intentar meter las manos pero cada vez que lo hacia recibía una fuerte reprimenda. Trato de aguantar para no llorar, hizo su mayor esfuerzo para no quejarse y que el castigo terminara pronto pero parecía interminable.
Pronto comenzó a sentir el calor de sus nalgas e imaginar el color rojo que ya debían de tener, pero el castigo no terminaba; era un trato al que habían llegado cuando comenzaron a salir, en los castigos la única persona que decide hasta donde parar es él. Ella sabía que aun podía aguantar más y tenía claro que eso lo conocía a la perfección él.
Después de un rato del castigo, comenzó a pedir perdón entre dientes; trato de no soltar el llanto pero poco a poco las lágrimas se le salían. Entonces él paro, reviso sus nalgas y vio que todo estaba en orden.  Le ordeno pararse y la llevo a un rincón donde la dejo de pie con las manos en la nuca.
Ahí te quedas hasta que termine de bañarme! Entendiste?
Ella no respondió así que le dio una sonora nalgada que le hizo saltar y afirmar de inmediato.
Cuando termino de bañarse, le ordeno bañarse e ir al comedor. Cuando se estaba  bañando aun sus nalgas estaban calientes e intento disminuir el dolor sobándolas un poco, termino de bañarse, se arreglo y fue al comedor donde desayuno junto con él. Estar sentada le costaba trabajo e intentaba no hacer muestras de dolor con el rostro pero el mínimo roce le recordaba que había sido castigada.
Al terminar, ambos salieron de casa y cada uno se dirigió a su trabajo, cuando ella llego al suyo le mando un mensaje:
“hoy más que nunca se que te importo, hoy más que nunca te agradezco que estés a mi lado”

A los pocos minutos recibió respuesta
“hoy más que nunca afirmo mi compromiso de educarte y guiarte, para crecer uno al lado del otro"

miércoles, 12 de febrero de 2014

Mordidas

Cuando despertamos me susurro al oído “tengo ganas de morderte”, un escalofrió recorrió mi cuerpo y baje la mirada, una sonrisa picara se dibujo en mi rostro mientras sentía su respiración sobre mi cuerpo.
Comenzó en los pechos y poco a poco iba subiendo y bajando, la ansiedad e incertidumbre de sentir la primera mordida me tenía a la expectativa; acariciaba su espalda y podía sentir su respiración, casi tan agitada como la mía.
Llegó al cuello y presentí esa primera mordida, cerré las manos, como cuando tienes la esperanza de que al cerrarlas y apretarlas fuertemente un dolor inevitable será menos perceptible, espere unos segundos y no sentí esa mordida; él aun continuaba olfateando y saboreando, quizás tan ansioso de morderme como yo lo estaba de sentir sus dientes sobre mi piel.
Nuevamente se deslizo hasta mi vientre mientras me besaba y lamia; podía sentir como un fluido se deslizaba entre mis piernas y me apenaba que se diera cuenta, cuando lo hizo subió de golpe y me sonrió. Trate de esquivar su mirada pero me pidió observarlo, sabía que estaba sonrojada y que él quería ver mi mirada penosa y ansiosa… una mezcla de lujuria y timidez.
“¿De quien eres?” murmuró a mi odio, la respuesta la susurre en el suyo, casi inaudible y poco entendible; estaba agitada y ansiosa, ya no solo de la mordida, mi cuerpo exigía a gritos algo más. Cerró mis labios y ojos con un beso mientras que en mi cuello clavaba cada uno de sus dientes.
 
Me estremecí y un gemido de placer-dolor fue inevitable, de igual modo mordió cada una de las partes de mi cuerpo que pueden ser mordidas y algunas que no imagine que fuera posible. A cada mordida me agitaba, gemía,  suspiraba, ansiaba, me humedecía e incluso ronroneaba bajito…a cada mordida lo disfrutaba de igual modo, a cada mordida el placer era inevitable.

martes, 7 de enero de 2014

Berrinche

Se me hizo fácil darme la vuelta y caminar, a pesar de que escuchaba su voz gritando mi nombre ni siquiera voltee. No paso ni un minuto cuando recibí su llamada, no me dio tiempo de decir nada…

Tienes 10 segundos para estar aquí o ya sabes!

Pero es que….

2…3 …

Sabía que algo realmente grave pasaría si no llegaba con él en el tiempo que había dicho, así que sin colgar corrí todo lo que pude, pero tarde mas del tiempo dado en llegar.

26…27

Ya, ya.... ya llegue!!!

Que estabas haciendo

Irme a casa

¿Conoces dónde estamos?

Ehhhhh …. No

¿Cómo pensabas llegar?

Pues tomar un taxi

¿y sabes todos los riesgos que corres al subir sola a un taxi a estar horas y estando en un sitio donde no conoces?

mmmm….. si ….

Entonces ya sabes lo que pasa cuando haces tus berrinches, vayamos a cenar y terminamos este asunto en casa.

No era un berrinche, tú tienes la culpa!!!

Prefieres que lo terminemos aquí?

….No ….

Fuimos a cenar, él estuvo como si nada, pero estaba preocupada y nerviosa. Los castigos son realmente severos. Cuando nos dirigíamos a casa pensé que por lo tarde de la noche ya no pasaría nada, quizás mañana o quizás tendría tan buena suerte que el susto bastaría ( ja!!! Como si eso fuera posible =p)

Cerró la puerta y lo primero que dijo...

Ya sabes cómo ponerte

Lo observe y me negué con la cabeza

Nena, no me obligues a ponerte… sabes que eso siempre es peor y esta vez no me tienes nada contento

Su voz seca y fría no me agrado, pero sabía que debía hacerlo sin embargo no me moví.

En fin… así lo quieres….

Se quito la chamarra y la coloco en una de las sillas, se acerco lentamente a mi desabotonándose los botones de las mangas y subiéndolas; el nervio me invadía cada vez más.
Llego a mí, me jalo y forcejee un poco, me jalo hacia donde estaba la mesita que usamos como escritorio y coloco las palmas de mis manos sobre ellas, cuando se alejo para quitarse el cinturón quise girar pero

ni te atrevas, que ya llevas bastantes

no me movi y baje la cabeza

Bien,  me quieres decir que es lo que hiciste y que te tiene en esta posición

…..

Me dio tres con el cinto; no fue esa clase de azote que te va preparando poco a poco para el verdadero castigo, fue la clase de azote que te indica que ya es el castigo

Que fue lo que hiciste

(por mas que quería responder, la rebeldía spankee no me dejaba…) De nuevo otros tres…

Ultima vez que te pregunto…. Que fue lo que hiciste?

……….

Cuando estaba a punto de levantar de nuevo el cinturón

Ay.. ay …Me iba a venir sola a casa

Mira no quiero estar preguntando detalle por detalle, así que dime por completo que fue lo que hiciste

… Me enoje, me di la vuelta y quise regresarme sola a casa, pensaba tomar un taxi; pero no conozco por donde andábamos y eso puede ser peligroso…. 

Y como se llama eso?

…..

Un par de azotes hicieron que me quejara, pero aun así no respondí.

Como se llama eso?
….

Estefania te pregunte algo!

Un escalofrió invadió mi cuerpo de pies a cabeza, escuchar mi nombre completo y con esa voz tan fría ….ash!!!!!!!!!!!!!!!! lo detesto!

No se ….

Ay! Claro que sabes… eso que hiciste se llama berrinche!!!

Claro que no ¡!!!

Nuevamente me dio un par de azotes y dejo el cinto sobre una de las sillas

Parece que hoy te salió lo rebelde, así que me vas a esperar un ratito en el rincón mientras yo voy por la vara.

La vara!!!

Si la vara… hoy te la tienes bien ganada

Pero la vara me duele mucho …

Pero es con la única que entiendes …. Por un tiempo, pero entiendes.

Me tomo de la oreja y me dejo ahí un rato, mientras él iba por la odiosa vara, cuando regreso iba agitándola en el aire, haciendo que se escuchara su trayectoria, nuevamente me jalo de la oreja y me llevo al sillón

Oye… por favor, no tan fuerte (fue lo único que atine a decir antes de que empezara)

Eso lo decido yo… cierto?

…..

Cierto?

Si….

¿si, que?

(Asshhh detesto decir “señor”, es una palabra que generalmente no digo…. No me agrada, no se ni porque, pero no estaba en condiciones de ponerme a protestar por ello)

Si Señor…..

Van a ser  17  por ….

17 !!! Que te pasa!

Ok, lo cerramos a 20

Pero….

25 … y sigue protestando o me dejaras decir el motivo o lo prefieres decir tu?

…. Si, ya….

Serán 25 por tu berrinchito de hoy, no metas las manos porque te vas a lastimar y aumentaremos 5 mas cada vez que las metas, serán seguidas, no habrá descansos y no quiero nada de “por favor ya” que no voy a parar hasta que terminemos. Los vas a contar en voz alta y clara, quiero escuchar porque si no escucho ese azote no contara. De acuerdo?

 …. De acuerdo…………………………………….. Señor

Comenzó a azotarme con la vara, pero los primeros no los contaba; es algo que también me cuesta mucho trabajo hacer,  después de varios azotes comencé a contar no con una voz tan fuerte pero no me pidió aumentar el volumen de mi voz, supongo que igual sabe que contar es de lo más complicado que me puede pedir.

A pesar de que los azotes eran bastante fuertes y el hecho de que eran seguidos trataba de no quejarme o levantar alguna de los pies pero era prácticamente imposible, “sin querer” metí un par de veces las manos lo que provoco algunos azotes mas.

Cuando termino, dejo la vara sobre la mesa y me acaricio suave y dulcemente mis adoloridas nalgas y del brazo me llevo hacia el rincón. Me ordeno poner las manos en la nuca y permanecer en esa posición hasta que el fuera por mi.

Estando en el rincón solo recordaba lo experimentado hace algunos minutos, mientras él leía un poco del libro que tenía en turno. Cuando decidió que era tiempo suficiente fue hacia donde me encontraba y acomodo mi ropa. Me giro hacia él y me dio un fuerte abrazo, le respondí ese abrazo de la misma forma.

Sabes que lo hago por que me importas, cierto?

Lo se .




….